Los microplásticos han inundado la vida terrestre: desde el torrente sanguíneo hasta la profundidad de los océanos. Los informes muestran que se debe repensar la industria y tomar medidas urgentes.
El plástico tiene usos valiosos (como en la medicina) pero el exceso de este material, muchas veces utilizado en productos de un solo uso, presenta graves consecuencias ambientales, sociales, económicas y para la salud. Información del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) advierten que a cada minuto se compran un millón de botellas de plástico en el mundo. En la fotografía se observa una instalación de reciclaje en Valenzuela, Filipinas.
Fotografía de Randy Olson
Una muestra recogida en la costa de Hawái contiene organismos vivos y plástico. Los microplásticos (partículas de menos de 5 milímetros) dominan numéricamente los desechos marinos. Los humanos ingieren estos pequeños trozos de plástico a través del consumo de productos como mariscos, el aire, el agua y a través de la piel. Los científicos han documentado microplásticos en varios órganos humanos, incluso en la placenta de los recién nacidos, advierte el organismo de la ONU.
Fotografía de David Liittschwager
“Alrededor del 36% de todos los plásticos producidos se utilizan en empaquetado, incluidos los envases de un solo uso para alimentos y bebidas, de los cuales aproximadamente el 85 % terminan en vertederos o como desechos no regulados”, advierte el programa de las Naciones Unidas.
Fotografía de Ollivier Girard UNEP (CC BY-NC-SA 2.0)
El informe De la contaminación a la solución, publicado en 2021 por el PNUMA, destaca que los océanos contienen entre 75 y 199 millones de toneladas de plásticos. A menos que se cambie la manera de producir y utilizar este material, la cantidad de desechos de este tipo que ingresan a los ecosistemas acuáticos podría casi triplicarse de entre 9 a 14 millones de toneladas por año en 2016 a un estimado de 23 a 37 millones de toneladas por año hacia 2040.
Fotografía de Hannah Reyes Morales
En esta imagen se observa una cuchara de bebé, parte de un conjunto de residuos plásticos recogidos del Giro del Pacífico Norte. La Gran mancha de basura del Pacífico, como también se conoce, es un enorme cúmulo de desechos marinos situado en esa zona del océano. A menudo no son visibles a simple vista, ya que gran parte de los desechos son pequeños trozos, reconoce el Servicio Oceanográfico Nacional de Estados Unidos.
Fotografía de Rebecca Hale
Alrededor del 60 % del material con el que se fabrica la ropa es plástico, afirma la entidad de las Naciones Unidas. En un mundo donde se compran más prendas y se utilizan durante menos tiempo, esto acarrea graves consecuencias ambientales. “Solo el lavado de ropa hace que cada año se viertan en el océano alrededor de medio millón de toneladas de microfibras de plástico”, reconoce el PNUMA. A su vez, las fibras contribuyen en un 9 % a las pérdidas de microplásticos en el océano. En la imagen, una persona camina sobre una colina cubierta de ropa desechada en el Desierto de Atacama, Chile.
Fotografía de Tamara Merino
Se requiere un cambio sistémico para abordar la raíz de la contaminación por plásticos que combine la reducción de los usos más problemáticos de ese material y cambios en tres ámbitos: la reutilización, el reciclaje y la reorientación-diversificación; además de medidas para hacer frente al cúmulo de basura existente. El informe Cerrar el grifo de 2023 del PNUMA reconoce que ya existen soluciones y que un cambio integral traerá beneficios económicos, sociales y ambientales. La imagen de arriba muestra una instalación artística creada por el artista y activista canadiense Benjamin Von Wong en la sede de la ONU en Nairobi.
Fotografía de Ahmed Nayim Yussuf UNEP (CC BY-NC-SA 2.0)
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