Los humedales son indispensables para el ser humano y la biodiversidad, dado que ofrecen suministro de agua dulce y alimentos, recarga de aguas subterráneas y contribuyen a mitigar los efectos del cambio climático. Te contamos en detalle las características de estos verdaderos patrimonios de la naturaleza.

¿Qué es un humedal y cuáles son sus características?

Los humedales son zonas de transición entre los ecosistemas terrestres y los ecosistemas acuáticos y poseen una baja profundidad. Lo normal es encontrarlos en llanuras inundadas que se encuentran próximas a los cursos del agua -ríos o lagos-. Algunos humedales, ocasionalmente, puede estar aislados, sin agua cercana; en este caso, son las aguas subterráneas las que proporcionan líquido a los humedales.

La Convención RAMSAR, un convenio internacional con el objetivo de asegurar la protección de los humedales, define qué es un humedal como una zona de la superficie terrestre que está temporal o permanentemente inundada, regulada por factores climáticos y en constante interrelación con los seres vivos que la habitan.

El ecosistema de los humedales, flora y fauna está controlado por el agua, su principal factor. Por tanto, el suelo debe permitir la saturación de agua estanca o corriente para que permanezca ahí durante un tiempo considerable para evitar que a lo largo del año el humedal pueda secarse. A lo largo de ese período, el agua proporciona las condiciones necesarias para el crecimiento de especies vegetales y conformar un espacio adecuado para el hábitat de su fauna.

Tipos de humedales

Los humedales dependen de las características particulares del terreno en el que se asientan, así como del clima, el relieve y la vegetación específica de cada región.

Según el RAMSAR, es posible identificar 6 tipos de humedales:

  • Marinos: Situados en las costas.
  • Estuarinos: Ubicados donde los ríos desembocan en el mar. Incluyen manglares, deltas y marismas de mareas, cuya salinidad es media.
  • Lacustres: Conectados con lagos.
  • Palustres: Aspecto pantanoso, como las marismas y las ciénagas.
  • Ribereños: Situados a los lados de ríos y arroyos.
  • Artificiales: Creados por el hombre con un propósito específico: servir como embalses, como criaderos de especies acuáticas comerciales, como canales, etcétera.

Entornos de gran diversidad biológica 

Otra de las características de los humedales es la gran variedad de flora y fauna que albergan. Un humedal tiene la capacidad para mantener vegetación acuática flotante o sumergida. De esta manera, presentan uno de los hábitats más ricos del planeta para las plantas y los animales, gracias a que en su área alberga una alta concentración de organismos que pueden ser pequeños invertebrados como los camarones o grandes aves como los flamencos.

En general, un humedal alberga mamíferos , peces, aves, reptiles , anfibios, insectos y muchos invertebrados.

¿Por qué son importantes los humedales?

Los humedales son indispensables, dado que ofrecen desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción y biodiversidad hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.

Los humedales nos proporcionan agua y actúan como barrera protectora frente a inundaciones, sequías y otros desastres naturales. Además, son capaces de almacenar más carbono que cualquier otro ecosistema. Todos estos servicios ecosistémicos los convierten en entornos clave para asegurar el desarrollo sostenible.

El reto de conservar y proteger los humedales

El valor de los humedales sigue siendo una tarea pendiente de gobiernos e instituciones. Se estima que desde 1700 se ha perdido hasta el 87% del recurso mundial de humedales. Según RAMSAR, esto supone que estamos perdiendo estos ecosistemas tres veces más rápido que los bosques naturales.

Las especies que dependen de estos entornos se encuentra gravemente en declive. Desde 1970, la disminución ha afectado al 81% de las poblaciones de especies de humedales continentales y al 36% de las especies costeras y marinas.