Las pirámides de Giza son tan antiguas, que incluso Cleopatra las consideraba ruinas. Sin embargo, tienen una alineación perfecta con la bóveda celeste. A pesar de que han pasado milenios desde su construcción, a los arqueólogos contemporáneos les costó trabajo entender cómo fue que los antiguos egipcios cuadraron estos edificios funerarios con los astros.

Después de décadas de búsqueda e investigación, un equipo de científicos de Harvard descifró la explicación detrás de este misterio histórico.

No es ninguna novedad que las Pirámides de Giza tengan una alineación que apunta hacia una constelación específica. Por el contrario, cada pico fue instalado justo debajo de las 3 estrellas que constituyen al cinturón de Orión.

A nivel religioso, los egipcios pensaban que este conjunto de astros correspondían a Osiris e Isis, algunos de los dioses más importantes de su panteón sagrado.

La alineación de las Pirámides de Giza apunta directamente a esta constelación para que, al morir, el alma del faraón llegara directamente con Osiris, quien conducía el Juicio Final en el otro mundo.

Aunque las tres pirámides tienen errores mínimos de cálculo, la precisión viene específicamente del movimiento solar. Coincidentemente, se trazaron a partir de la sombra que proyecta el Sol durante los equinoccios de otoño sobre la superficie terrestre.

Para la investigación, se utilizó un método conocido como «vara de gnomon». Fue así, según en teoría, que los antiguos egipcios determinaron la alineación de las Pirámides de Giza.

(Con información de National Geographic en Español)